jueves, 21 de junio de 2012

EL ENOJO 2


El enojo aparece en nuestra vida sin pensarlo, tal vez por eso lo hace, por que cuando el enojo es pasado por el escrutinio de la mente podemos darnos cuenta que no tiene razón de ser.

El enojo es ese sentimiento que nos hace atribuirle características negativas a las personas, a las cosas o a las situaciones.  El enojo nos permite recordar que la tolerancia no está en aguantar que esa persona, cosa o situación sea; sino en aceptarla tal cual es. No recomiendo que finjas que las cosas no te molestan, recomiendo que aceptes que son diferentes a lo que esperas o deseas, por que cuando lo observas desde esa perspectiva, el enojo pierde su fuerza y no encuentra espacio en ti.

Es importante darnos cuenta qué cosas despiertan el enojo, como aparece y crece casi sin control. Cuando analizamos detenidamente ´eso´ que nos causa enojo, estamos en posibilidad de reconocer que la mayor parte de las ocasiones son pensamientos reiterados pero no analizados los que lo provocan. Podemos decir entonces que el enojo es más un hábito que una convicción, es ese proceder irracional que nos hace reaccionar de manera violenta.

Creo que este proceso lleva dos cuestionamientos:

  1. ¿Por qué me enojo? Que nos permite ver que lo origina o provoca, 
  2. ¿Para qué me enojo? Que nos permite darnos cuenta que solo nos trae una sensación desagradable, de sufrimiento.


Recuerda la última vez que sentiste enojo, vuelve a sentirlo vívidamente para que observes que te dejó además de un malestar. ¿Cómo reaccionaste ante que o ante quien te enojaste? ¿Lo destruiste, lo insultaste, lo lastimaste, lo golpeaste? ¿Cómo te sentiste después de decir cosas hirientes? Imagina como se sintió la otra persona y piensa si te gustaría sentir lo que ella sintió. ¿Si pudieras evitarle ese sufrimiento, lo harías? ¿Porqué provocarlo entonces? ¿Si fuera una persona conocida o querida, reaccionarías igual?

Sé que en ocasiones sentimos que alguien o algo nos ha provocado un gran dolor o malestar, sin embargo si dejamos de pensar en nosotros un momento y pensamos en esa otra persona y el dolor que lo hace actuar de esa manera que consideramos ofensiva, podremos ver que sufre y que muy probablemente no desea hacernos sufrir a nosotros, que no lo hace con intención.

Pongamos el ejemplo de la persona que al manejar un auto se mete en nuestro carril de manera imprudente a alta velocidad. Si pensamos que:



  • Va al hospital a ver a un familiar enfermo, o
  • Tal vez está enfermo y requiere ir al baño de manera urgente, o
  • Simplemente necesita llegar antes que nosotros a donde va;


En cualquiera de esas situaciones, esta persona se encuentra en un estado de gran sufrimiento. Si solo pensamos “No tiene derecho, nosotros estamos primero, que espere”, no resolveremos nada de manera positiva, en cambio si dejamos de pensar de manera egocéntrica, podremos tolerar que así es y que no habrá nada que hagamos para que eso cambie, de hecho ya sucedió y quedó en el pasado; o bien podemos pensar de empática y darle el paso, con ello se reduce el sufrimiento de ambos, nos liberamos de nuestro enojo y ayudamos a que él se libere del suyo.

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