sábado, 25 de febrero de 2017

HIJOS

"En la vida hay que hacer tres cosas: escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo"

Es un frase muy antigua, que se toma del profeta del islam, Muhammad. La frase puede decirnos mucho o poco y tratar de interpretar lo que intentaba transmitirnos Muhammad, resulta ocioso para la intención de este espacio.

Lo cierto que estas tres cosas pudieran ser sencillas desde una interpretación literal, lo interesante sería que para las tres, dedicáramos tiempo y cuidado.

Ahora bien, para entrar en el tema que quiero compartirles, pensemos en lo que implica tener un hijo.

En muchas ocasiones no se requiere mas que tener relaciones sexuales, incluso de manera bastante poco consciente y listo, se produce un embarazo, tantas veces no deseado. Incluso cuando existe el deseo de tener hijos, no se está en la plena consciencia de lo que ello implica. Desafortunadamente, muchos matrimonios o parejas buscan tener hijos como si esto fuese el paso siguiente en el libro: "Recetas para la Vida Feliz", ya nos casamos, ya vivimos pero no nos aguantamos mucho y seguro el hijo nos unirá y resolverá los temas de pareja. Nada mas distante de la realidad y más violento para un ser que no merece ser visto y engendrado de esa manera.

Un hijo es una responsabilidad grande y lo ideal sería que fuésemos responsables de nosotros mismos al momento de traer un hijo al mundo, engendrar un hijo debe ser el acto de amor más grande de complicidad de un pareja.

Los hijos requieren de mucho amor, de muchos cuidados y también de mucha disciplina y límites, lo que no implica golpearlos o gritarles, tarea difícil, pero esa es la misión.

Educar un hijo empieza por tener claro que es importante para nosotros, cuales son nuestros principios y valores, y que es lo que sin importar que creamos, busquemos o deseamos en la vida, debemos enseñar a nuestro hijo a respetarse a si mismo, respetando a los demás.

Tener pues un hijo es mucho más que solo traerlo al mundo, alimentarlo, vestirlo, mantenerlo, pasar tiempo con él y verlo crecer. Tener un hijo requiere de mucho valor, pero también de mucha inteligencia, de compromiso y de amor, no del que da todo, si no de amor para mostrarle límites, abrazarlo, reprenderlo, tenerlo cerca pero dejarlo ir.

La palabra enseña, pero el ejemplo arrastra, mostremos a nuestros hijos lo que deseamos que aprendan, con la acción de muestra.

Dejo aquí el Decálogo para crear delincuentes, cuida de no estarlo haciendo, por el bien suyo, tuyo y de la comunidad.

1. Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.

2. No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.

3. Cuando diga palabrotas, celébrelas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.

4. No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.

5. Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.

6. Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.


7. Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.

8. Dele todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.

9. Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.

10. Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.

Horacio Guzmán.



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