martes, 21 de febrero de 2017

LA MENTE Y EL TIEMPO

Así como entrenamos nuestro cuerpo para que se mantenga sano y nos permita realizar todas las actividades propias de la vida cotidiana, para que sea un vehículo sano de la mente y el espíritu, y buscamos rutinas de ejercicios o actividades que nos ayuden a mantenerlo sano y en forma; lo mismo pasa con la parte mental del ser humano, requiere de entrenamiento, de disciplina y de orden para convertirse en una herramienta poderosa al servicio nuestro y no un enemigo constante que nos impida actuar de manera objetiva y clara en nuestro paso por la vida.

La mente debe ser una herramienta como lo es el cuerpo, para poder entender e interactuar con el mundo en el que vivimos y asimilarlo de la mejor manera.

Así como un cuerpo no entrenado se vuelve un lastre, la mente no entrenada puede boicotearnos, hacernos creer cosas que no son y limitarnos al no permitirnos llevar a cabo las tareas del diario.

Para esto debemos entender un par de principios básicos respecto de esta.

1. Nosotros no somos nuestra mente, esta debe ser una herramienta pero no puede apoderarse de nosotros y determinar nuestra vida.

2. La mente como el cuerpo puede programarse muchas veces durante nuestra existencia como personas.

Una mente entrenada es un instrumento potente que nos da la posibilidad de ver las cosas con claridad, y resolver las situaciones que se nos presentan día con día. 

La mente está diseñada para pensar, para estructurar esas asociaciones que nos relacionan con el mundo, pero si no la llevamos de forma entrenada, muy probablemente nos de más problemas que soluciones.

Para entrenar a nuestra mente existen diversas formas y
métodos, que al final considero que se reducen a uno, que es la meditación; y no me refiero a ese momento en que nos sentamos y tomamos la postura de flor de loto y formamos mudras con las manos sobre las rodillas, y ponemos los ojos en blanco como monje de película (aunque es muy importante practicarla así para después aplicarla en la vida cotidiana), si no a observar nuestros pensamientos y las emociones que surgen de ellos.

A través de la observación, detenemos a la mente, la ponemos en pausa y le quitamos el poder de llevarnos donde ella quiere.

Se que pensarás que esto es difícil, que no es posible detener nuestra mente y menos observarla. 

Pues bien, la mente está íntimamente relacionada con el tiempo; con el pasado y con futuro, y cuando la separamos del tiempo, la mente se mantiene en el momento presente.

Los pensamientos del pasado y del futuro, nos despiertan emociones como la ira, la culpa, el remordimiento, el miedo, el deseo, la ansiedad o el anhelo entre muchas otros, lo que habitualmente nos hace reaccionar en lugar de accionar, es decir, que actuamos de manera impulsiva.

Si bien es cierto que los hechos del pasado nos han traído hasta el día de hoy y creemos fervientemente que habrá un futuro y programamos nuestra vida para llegar a el, ni el pasado ni el futuro existen como tal, como no existe el tiempo. 

Todos lo momentos de nuestra vida se suscitaron en el momento presente, los eventos del pasado acontecieron en aquel presente y los del futuro no existen, están esperando al presente para tener vida.

Cuando te vuelves el observador de tu mente, y no te enganchas con los pensamientos que de ella surgen, estás en el momento presente, cuando logras centrar toda tu atención en el momento en que suceden, estás presente y cuando estás presente estás íntimamente ligado a lo divino.

Para cerrar, comparto dos frases hermosas que nos regalaron filósofos de muy distintas partes del mundo para ilustrar la importancia del momento presente:  

Yalāl ad-Dīn Muhammad Rūmī, poeta de la filosofía sufi escribió: El pasado y el futuro, ocultan a Dios de nuestra mirada, quémalos con fuego.

Meister Eckhart, teólogo y filosofo alemán escribió: El tiempo es lo que impide que la luz llegue a nosotros. No hay mayor obstáculo hacia Dios que el tiempo.

No regales tu presente, el momento único de la vida que importa, es el presente.


Horacio Guzmán.

7 comentarios:

  1. Excelente artículo! El presente es la vida y debe fluir con mucha luz

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  3. No somos nuestro cuerpo.no somos nuestra mente.sin embargo hay que observarnos desde fuera para saber cómo vamos . Retrospeccion

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    1. La observación nos permite estar alertas, yo diría Introspección.

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