Se habla de normalidad mental o psíquica cuando una persona se comporta y actúa como la mayoría de las personas de su
entorno o grupo social, cuando no es así, se considera que dicha persona está enferma.
Los trastornos mentales pueden apreciarse desde dos perspectivas, la médica y la social. La primera sería el
comportamiento desadaptado que no llega a ningún resultado concreto, que se
aparta de la realidad. La segunda se presenta cuando el sujeto o enfermo mental no se
ajusta a su entorno.



Se llaman síntomas a aquellas
manifestaciones del sujeto que anuncian una anomalía o enfermedad. Serían
síntomas los cambios en el estado de ánimo, los dolores, las inflamaciones, los cambios de ritmos biológicos. El
problema de la esquizofrenia es que la mayoría de los síntomas son subjetivos,
dependen de lo que el paciente refiera.
Existen dos tipos de síntomas en la
esquizofrenia:
Síntomas positivos:
son aquellas manifestaciones que el paciente hace o experimenta y que las
personas sanas no suelen presentar.
Síntomas negativos: son aquellas cosas que el paciente deja de hacer y que los individuos
sanos pueden realizar cotidianamente, como pensar con fluidez y con lógica,
experimentar sentimientos hacia otras personas, tener voluntad para levantarse
cada día.