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martes, 21 de febrero de 2017

LA MENTE Y EL TIEMPO

Así como entrenamos nuestro cuerpo para que se mantenga sano y nos permita realizar todas las actividades propias de la vida cotidiana, para que sea un vehículo sano de la mente y el espíritu, y buscamos rutinas de ejercicios o actividades que nos ayuden a mantenerlo sano y en forma; lo mismo pasa con la parte mental del ser humano, requiere de entrenamiento, de disciplina y de orden para convertirse en una herramienta poderosa al servicio nuestro y no un enemigo constante que nos impida actuar de manera objetiva y clara en nuestro paso por la vida.

La mente debe ser una herramienta como lo es el cuerpo, para poder entender e interactuar con el mundo en el que vivimos y asimilarlo de la mejor manera.

Así como un cuerpo no entrenado se vuelve un lastre, la mente no entrenada puede boicotearnos, hacernos creer cosas que no son y limitarnos al no permitirnos llevar a cabo las tareas del diario.

Para esto debemos entender un par de principios básicos respecto de esta.

1. Nosotros no somos nuestra mente, esta debe ser una herramienta pero no puede apoderarse de nosotros y determinar nuestra vida.

2. La mente como el cuerpo puede programarse muchas veces durante nuestra existencia como personas.

Una mente entrenada es un instrumento potente que nos da la posibilidad de ver las cosas con claridad, y resolver las situaciones que se nos presentan día con día. 

La mente está diseñada para pensar, para estructurar esas asociaciones que nos relacionan con el mundo, pero si no la llevamos de forma entrenada, muy probablemente nos de más problemas que soluciones.

Para entrenar a nuestra mente existen diversas formas y
métodos, que al final considero que se reducen a uno, que es la meditación; y no me refiero a ese momento en que nos sentamos y tomamos la postura de flor de loto y formamos mudras con las manos sobre las rodillas, y ponemos los ojos en blanco como monje de película (aunque es muy importante practicarla así para después aplicarla en la vida cotidiana), si no a observar nuestros pensamientos y las emociones que surgen de ellos.

A través de la observación, detenemos a la mente, la ponemos en pausa y le quitamos el poder de llevarnos donde ella quiere.

Se que pensarás que esto es difícil, que no es posible detener nuestra mente y menos observarla. 

Pues bien, la mente está íntimamente relacionada con el tiempo; con el pasado y con futuro, y cuando la separamos del tiempo, la mente se mantiene en el momento presente.

Los pensamientos del pasado y del futuro, nos despiertan emociones como la ira, la culpa, el remordimiento, el miedo, el deseo, la ansiedad o el anhelo entre muchas otros, lo que habitualmente nos hace reaccionar en lugar de accionar, es decir, que actuamos de manera impulsiva.

Si bien es cierto que los hechos del pasado nos han traído hasta el día de hoy y creemos fervientemente que habrá un futuro y programamos nuestra vida para llegar a el, ni el pasado ni el futuro existen como tal, como no existe el tiempo. 

Todos lo momentos de nuestra vida se suscitaron en el momento presente, los eventos del pasado acontecieron en aquel presente y los del futuro no existen, están esperando al presente para tener vida.

Cuando te vuelves el observador de tu mente, y no te enganchas con los pensamientos que de ella surgen, estás en el momento presente, cuando logras centrar toda tu atención en el momento en que suceden, estás presente y cuando estás presente estás íntimamente ligado a lo divino.

Para cerrar, comparto dos frases hermosas que nos regalaron filósofos de muy distintas partes del mundo para ilustrar la importancia del momento presente:  

Yalāl ad-Dīn Muhammad Rūmī, poeta de la filosofía sufi escribió: El pasado y el futuro, ocultan a Dios de nuestra mirada, quémalos con fuego.

Meister Eckhart, teólogo y filosofo alemán escribió: El tiempo es lo que impide que la luz llegue a nosotros. No hay mayor obstáculo hacia Dios que el tiempo.

No regales tu presente, el momento único de la vida que importa, es el presente.


Horacio Guzmán.

miércoles, 15 de febrero de 2017

¿ERES UN REBELDE?


El concepto rebelde nos puede evocar muchos asociaciones a personas conocidas o desconocidas, de esta o de otras épocas, pues la rebeldía es una condición humana.

¿Cómo es esto? El ser humano al nacer, se encuentra íntimamente ligado a la naturaleza, la capacidad sensorial nos permite estar alertas para poder sobrevivir, basta ver a un bebé que debe expresarse sin hablar y comunicar cada una de sus necesidades básicas para no morir, o bien los pequeños que ven y sienten cosas que los adultos normalmente no percibimos ni vemos.

Los humanos tenemos naturalmente la capacidad de sentir cuando va a suceder un fenómeno de la naturaleza, como un temblor o un tsunami, solo que vamos perdiendo esa capacidad conforme pasa el tiempo y el entorno "civilizado" nos "desconecta" de ese cuerpo sensorial y por ende de la naturaleza, interna y externa.

Quizás te preguntarás ¿Qué tiene que ver esto con la rebeldía? Pues que la rebeldía es esa contraposición innata a lo que va en contra de nuestra naturaleza, de la propia naturaleza.

Los condicionamientos sociales, impiden que el ser humano encuentre el equilibrio que tiene por naturaleza. Es decir, el ser humano como parte integral del universo, es dual, como lo es el ying-yang que representa esta dualidad, la que nos permite comprender que en nosotros debe prevalecer esa ambivalencia integrada, no pueden separarse lo opuestos, lo que pretenden estos condicionamientos sociales.

Todo ser humano es igual a otro, no existe uno mejor que otro, como no puede existir el negro sin el blanco, el hombre sin la mujer o el día sin la noche, todo es parte de lo mismo, todos somo parte del universo y estamos conectados.

Por ello cuando la sociedad se sostiene en reglas escritas o no, que distinguen, dividen y separan, o en condicionamientos sociales que pretenden controlar y someter a las personas, esa sociedad va en contra de la ley natural que es libre, equilibrio, equidad, paridad y fusión de los opuestos, todo esto inherente al ser humano; por ello el concepto rebelde lo asociamos de manera directa a toda persona que está en contra de las reglas o condicionamientos sociales, como los adolescentes.

Esto no quiere decir que todas las normas sociales sean negativas, pero si todas las que los dividen, porque los dividen desde dentro, o que los obligan a ir en contra de la propia naturaleza de cada uno.

El rebelde es entonces aquella persona que sigue a su naturaleza, sin importar si es aceptado por la sociedad, que ni se adhiere, ni va en contra de esta; aquel que lucha o va en contra de la sociedad y de todo lo que esta dice o hace aún estando en lo correcto, es un reaccionario y se convierte en lo mismo que critica.

El rebelde vive según su natura, su ser más profundo, y si la sociedad encaja con ello, es capaz entonces de formar parte de esta, pero si no, simplemente no encaja en la sociedad, no es una persona tradicional y no será considerada honorable.

Por eso, es indispensable que te conozcas, que sepas quien eres y que deseas, para que no vayas con la corriente, el conocimiento pleno va de dentro hacia afuera.

Recuerda entonces el principio de correspondencia, como es adentro, es afuera; como es arriba, es abajo. No reprimas, no contengas, no complazcas, conoce tus emociones, conócete y se tú mismo.

Ejemplos rebeldes: Jesús, Buda, Miguel Angel y quizás conoces alguno que otro por ahí.

Horacio Guzmán

jueves, 9 de febrero de 2017

PSICOTERAPIA CON CABALLOS

Hace unos días tuve la maravillosa oportunidad de vivir una experiencia única y creo que poco conocida. Hoy quiero compartirlo aquí con todos ustedes, porque estoy seguro que puede cambiarles la vida.

La satisfacción de trabajar temas personales a través de la nobleza, fuerza y majestuosidad de estos hermosos animales, me ha dejado en verdad impactado, varios días para poder digerir lo aprendido.

La psicoterapia con caballos, es en verdad una ventana extraordinaria para trabajar con uno mismo a través de los caballos, que con claridad me proyectaron la forma en que estoy viviendo eventos de mi vida.

Solo puedo decirles que recomiendo profunda y honestamente esta forma de terapia, dense la oportunidad de vivirlo, de sentirlo y de sanar de una forma singular, segura, profesional y con guías maestras en el tema.

http://www.equitacionvalleverde.com/index.php


Horacio Guzmán

miércoles, 8 de febrero de 2017

EL MIEDO

¿Qué es el miedo? ¿Dónde habita? ¿Por qué aparece? ¿Cómo actúa en nuestro cuerpo y en nuestra mente?
Son muchas las interrogantes que surgen alrededor de esta emoción.
El miedo es una respuesta natural y necesaria de nuestro cuerpo, nuestra mente y podemos decir que hasta de nuestra alma, ante una situación o sensación de peligro.
El origen del miedo puede deberse a algo que sucedió, esta sucediendo o podría suceder y esa emoción resulta difícil de controlar, pudiendo provocar una reacción violenta, que nos paralicemos o un ataque de pánico o de ansiedad.  
Ahora bien, el miedo puede ser real o derivado de nuestra imaginación; cuando es real, contra toda creencia es una emoción muy útil y benéfica para quien la experimenta, ya que es un mecanismo natural del ser humano que le pone a salvo de situaciones o eventos peligrosos o que lo pondrían en riesgo; pero ante miedos reales, también puede volverse (en casos extremos) irracional esa emoción, como cuando nuestra mente genera ideas sobre cosas que no han sucedido o que no son factibles de que sucedan, y se sale de control; y por último, queda el miedo o temor que tiene su origen en algo irreal o que no existe.
El miedo como las demás emociones, actúa en todo nuestro cuerpo a través de reacciones químico-biológicas que activan partes del cuerpo para poder actuar de determinada forma. De las muchas hormonas que produce el cuerpo humano, la adrenalina es la que se identifica de manera prioritaria con el miedo. Aún estando dormido, el cerebro está alerta a situaciones que podrían representar un riesgo, y que en caso necesario producirá cambios físicos inmediatos que permitirán a quien esté ante una situación de riego el enfrentamiento, la parálisis o la huida.
Las principales reacciones de nuestro organismo son: el incremento en el latido cardíaco y por ende del bombeo de sangre para poder llevar adrenalina a las células, se dilatan las pupilas para poder ver mejor,  sudamos más, la sangre se incrementa en los músculos de las piernas para poder correr y el cerebro desactiva de manera parcial los lóbulos frontales, a fin de mantener la atención en la amenaza.
Como mencionamos anteriormente, el miedo puede ser real o imaginario o neurótico, el cual no guarda una relación con el peligro o situación real, y esto sucede cuando la mente de la persona se enfocara de manera desmedida, como si se obsesionara con alguna situación o evento y termina por imaginar el peor de los escenarios posibles, aún cuando no fuera probable que sucediera o que no fuera posible que fuese tan grave como se cree.
Es pues el miedo indispensable en nuestra vida, es un mecanismo de defensa maravilloso que nos permite la supervivencia, sin embargo, lo primero que debemos hacer es aceptarlo ante el peligro y todo aquello que se vuelva un pensamiento recurrente u obsesivo, regularlo o mejor dicho expulsarlo, para lo cual, existen formas y terapias que sirven para ese miedo que puede volverse descontrolado, debiendo iniciar por reconocer que lo despierta, en que momentos o escenarios aparece, reconociendo que tiene que ver más con una situación anterior que con el momento presente, el cual solo lo está reviviendo.
Ante el miedo, recuerda una frase maravillosa que dice: Nunca es más oscura la noche que cuando va a amanecer.
Horacio Guzmán 






lunes, 20 de agosto de 2012

SALUD Y ENFERMEDAD

Hola, este tema me parece por demás complejo e interesante y para poder abordarlo empecemos por apoyarnos en lo que la Organización Mundial de la Salud nos brinda como definiciones de ambas.

SALUD:  Estado de completo bienestar físico, mental y social; y no solamente la ausencia de enfermedad.

ENFERMEDAD: Alteración estructural o funcional que afecta negativamente al estado de bienestar. 

Ahora preguntémonos: ¿Qué hacemos con estas definiciones?

La propuesta que quiero hacerles hoy es que nos observemos, que nos detengamos un momento a pensar como es que estos conceptos llegan a nuestra vida y como vivimos la salud y como la enfermedad.

Si la salud es un estado de ausencia de enfermedad, hagamos énfasis en la enfermedad, en como aparece y que hacemos con ella. Mas aún ¿Como y por qué enferma nuestro cuerpo?

La enfermedad es el proceso en el que el cuerpo requiere modificar ciertas características para adaptarse a una medio o situación que vive o enfrenta.

Es cierto que existen diversos tipos de enfermedades de acuerdo a su origen: 

Traumáticas: se deben a agresiones mecánicas que producen lesiones o fracturas (fractura de un hueso, rotura de ligamentos, herida en la piel...).

Tóxicas: entrada en el organismo de sustancias perjudiciales (inhalación, ingestión...)

Infecciosas: producidas por algún organismo patógeno (productor de enfermedades). Pueden transmitirse de unos individuos a otros.

Metabólicas: alteración en alguna de las reacciones químicas que tienen lugar en los seres vivos (diabetes, avitaminosis...)

Degenerativas: alteración en tejidos (arteriosclerosis, gota...)

Neoplásicas: crecimiento anormal de células (cánceres).

Psíquicas (mentales): alteraciones de comportamiento (psicosis, depresión, 
esquizofrenia...).

Ambientales: debida a agentes físicos o químicos del medio (insolación, congelación, quemaduras...).

Pero al final todas se manifiestan en el cuerpo que usamos día con día.

Si bien la enfermedad es un estado adaptativo de salud, considero que lo importante es verla desde un ángulo diferente, no la veamos como algo negativo o simplemente como la ausencia de salud, sino como la maravillosa oportunidad de adaptarnos a algo nuevo, especialmente a un cambio desde los más profundo de nuestro ser.

El cuerpo tarda mucho tiempo en enfermar, para que se manifieste una enfermedad hemos de someterlo durante mucho tiempo a situaciones o eventos que lo llevan a expresarse de esa manera.

Este proceso de visualizar a la enfermedad desde otra óptica es complejo por que estamos acostumbrados a verla como algo muy negativo, y ciertamente no es grato pero lo importante es darnos cuenta que está PARA algo y no solo por que soy muy desdichado y alguien me la provocó.

Empecemos por conocernos y reconocer esos avisos que da el organismo en que habita nuestro maravilloso ser. Si pensamos una cosa, sentimos otra diferente y hacemos una mas que nada tiene que ver con estas dos, estamos ya enfermos y pronto enfermará nuestro cuerpo. Si no cambamos nuestros hábitos enfermos, enfermaremos con seguridad. 

Recuerda que eres cuerpo, mente y espíritu, conócete a ti mismo y prevee la enfermedad, sánate!


martes, 19 de junio de 2012

EL ENOJO


El enojo es una de las emociones más primitivas del ser humano, surge como el fuego y altera todo nuestro ser.

Seguramente todos hemos sentido enojo más una vez, lo interesante es ver por que surge, es decir, que lo genera.

Como las demás emociones que surgen en nosotros, el enojo tiene lugar prioritariamente en nuestro deseo, el deseo de que las cosas sean de una determinada manera, o que las personas hagan algo o actúen de una forma específica, por ello si observamos con detenimiento el enojo, no está en otro lugar mas que en nuestra mente. Si bien lo sentimos en el estomago o en algún otro lugar de nuestro cuerpo, el enojo al sentirse observado empieza a disminuir hasta que desaparece si lo mantenemos en observación constante.

Por ejemplo, cuando alguien nos dice una palabra que consideramos o entendemos como grosería, el enojo aparece y nos invita a reaccionar respondiendo con otra mala palabra, sin embargo, si analizamos con detenimiento esa palabra con la que la otra persona pretende describirnos o asociarnos, veremos que no somos eso. La palabra imbécil por ejemplo, viene del latín y se utilizaba de manera puramente descriptiva, "Im" sin y "Becillis" bastón, para referir a las personas que por su edad avanzada no podían caminar o sostenerse por si solas y que requerían del bastón para sostenerse o andar. Esto sucede con la mayoría de las palabras que conocemos como groserías.

Por otro lado, resultaría difícil saber o conocer el origen etimológico de cada palabra, sin embargo, sí es posible no identificarnos con ellas, en especial si lo que notamos es que la otra persona pretende lastimarnos y eso solo podrá hacerlo si nosotros le damos esa oportunidad.

Si puedo ver que no soy un imbécil y que solo es la mente y el estado alterado de la otra persona, lo que me hace creer o pretende hacer creer que lo soy, no habrá enojo en mi, es decir si no me identifico con el enojo del otro, no habrá enojo en mí.

Quizás más de uno de ustedes al leer dirá: Pero eso es muy sencillo, ¿Qué hacer con cosas más complejas o difíciles? Si empiezas por las cosas sencillas, las demás ser harán también. No trates de cambiar a los demás, empieza por cambiar tu mismo, ese es un gran principio.

Mañana seguiremos hablando del enojo.

lunes, 18 de junio de 2012

ESQUIZOFRENIA Parte 4


Tipos de esquizofrenia: 

Algunos investigadores creen que la esquizofrenia es un trastorno aislado, mientras que otros creen que es un síndrome (un conjunto de síntomas) basados en numerosas enfermedades subyacentes. Se han propuesto subtipos de esquizofrenia en un esfuerzo de clasificar a los pacientes dentro de grupos más uniformes. Sin embargo, en un mismo paciente, el subtipo puede variar a lo largo del tiempo.


 
·   Esquizofrenia paranoide: se caracteriza por el predominio de ideas delirantes y alucinaciones, sobre todo auditivas. Los delirios y las alucinaciones a veces constituyen una unidad. Es la más frecuente, suele iniciarse entre los 20 y 30 años y es la que mejor evoluciona a pesar de la aparatosidad del cuadro.

·   Esquizofrenia catatónica: predomina el trastorno del movimiento o movimientos motores. Los expertos hablan de "estupor catatónico". A pesar de tener la conciencia despierta, el enfermo no reacciona a los intentos de entrar en contacto con él. Su rostro permanece inmóvil e inexpresivo, no se percibe ningún movimiento interior e incluso fuertes estímulos de dolor pueden no provocar reacción alguna. En los casos más graves pueden llegar a no hablar, ni comer, ni beber durante periodos lo suficientemente largos como para que peligre su vida. Sin embargo en el interior del enfermo puede haber verdaderas tormentas de sentimientos, que a menudo solo se manifiestan en una aceleración del pulso. También se dan repetición constantes del mismo movimiento (automatismos) y muecas. Los cuadros de extrema gravedad, en los que el enfermo por ejemplo se mantiene sobre una pierna durante unas semanas, solo se observa muy raras veces gracias a las posibilidades actuales del tratamiento. Sólo ocurren cuando nadie se ocupa del enfermo o cuando el tratamiento no es eficaz.



·   Esquizofrenia desorganizada o hebefrenica: predomina un afecto absurdo, no apropiado (se suelen reír cuando se les da una mala noticia, las conductas suelen ser infantiles, el estado de humor es absurdo, existe desinhibición en los sentimientos. Suelen tener comportamientos extraños, como reír sin motivo aparente y realizar muecas. A menudo muestran falta de interés y de participación. Hay casos en los que se manifiestan alucinaciones y delirios, aunque esto no es una condición ecuánime en este tipo de esquizofrenia la mayoría de los casos los brotes no son claramente delimitables. Suele comenzar en edades tempranas como es la pubertad, por eso reciben el nombre de esquizofrenias juveniles e incluso hay casos en los que la enfermedad viene de la infancia (psicosis infantil). Los desarrollos hebéfrenicos lentos y desapercibidos por presentar pocos síntomas se califican como esquizofrenia simple. Por la ausencia de síntomas es difícil de reconocerla, (los indicios suelen ser el descuido personal, conductas solitarias).

·   Esquizofrenia indiferenciada: es un tipo de esquizofrenia en la cual no predomina un síntoma concreto para el diagnóstico, es como la mezcla de las anteriores.

·   Esquizofrenia residual: en estos casos debe haber habido, por lo menos, un episodio de esquizofrenia anteriormente, pero en el momento actual no hay síntomas psicóticos importantes. Es la fase en la que los síntomas negativos son más evidentes. No se manifiesta en todos los enfermos.

sábado, 16 de junio de 2012

ESQUIZOFRENIA Parte 2


Se habla de normalidad mental o psíquica cuando una persona se comporta y actúa como la mayoría de las personas de su entorno o grupo social, cuando no es así, se considera que dicha persona está enferma. 

Los trastornos mentales pueden apreciarse desde dos perspectivas, la médica y la social. La primera sería el comportamiento desadaptado que no llega a ningún resultado concreto, que se aparta de la realidad. La segunda se presenta cuando el sujeto o enfermo mental no se ajusta a su entorno.

Él término de esquizofrenia fue empleado por el psiquiatra suizo Bleuler en 1911, pero este trastorno ya había sido descrito con antelación por el psiquiatra alemán Kraepelin en el año de 1896 como "demencia precoz", refiriendo que las personas que padecían esta enfermedad, necesariamente sufren graves deterioros cognitivos y comportamentales, asemejándolo a las demencias experimentadas por algunas personas ancianas, pero en este caso se presentaría en una edad juvenil.

La edad en que puede aparecer está enfermedad está comprendida entre los 15 y los 45 años, pero suele iniciar al final de la adolescencia y también puede aparecer en la infancia, etapa en la que se confunde con problemas escolares o de mal comportamiento.

La persona que padece de esquizofrenia experimente una distorsión de los pensamientos y sentimientos, con una característica especial, que afecta a la persona integralmente es decir de forma total, por lo que quien la padece comienza a sentir, pensar y hablar de forma diferente a como lo hacía antes. Dicha persona puede empezar a estar extraña más aislada, puede evitar salir con amigos, duerme poco o demasiado, hable solo o se ría sin motivo aparente (aunque estos síntomas no tienen porque aparecer en todos los pacientes.) 

Se llaman síntomas a aquellas manifestaciones del sujeto que anuncian una anomalía o enfermedad. Serían síntomas los cambios en el estado de ánimo, los dolores, las inflamaciones, los cambios de ritmos biológicos. El problema de la esquizofrenia es que la mayoría de los síntomas son subjetivos, dependen de lo que el paciente refiera.

Existen dos tipos de síntomas en la esquizofrenia:

Síntomas positivos: son aquellas manifestaciones que el paciente hace o experimenta y que las personas sanas no suelen presentar.

Síntomas negativos: son aquellas cosas que el paciente deja de hacer y que los individuos sanos pueden realizar cotidianamente, como pensar con fluidez y con lógica, experimentar sentimientos hacia otras personas, tener voluntad para levantarse cada día.

lunes, 4 de junio de 2012

ESTIGMA Y ENFERMEDAD MENTAL



Esta palabra en ocasiones tan escuchada tiene diversas acepciones, dependiendo de la ciencia o área del conocimiento que lo trate o utilice.

Por ejemplo en el mundo animal, estigma es cada una de las aberturas del sistema respiratorio de los insectos, a través de los cuales se realiza la ventilación.

Para la religión, son aquellas marcas que se presentan en el cuerpo humano y que se asemejan a las que recibió Jesús al momento de la crucifixión.

Para la sociología, el estigma social es una desaprobación de ciertas características o creencias personales que son contrarias a las normal o comúnmente aceptadas. Existen estigmas sociales respecto a enfermedades mentales o físicas, creencias religiosas o de credo, y de pertenencia a una raza, grupo social, preferencia sexual o de formas de vida. Es precisamente de estas de las que quiero hablarles.

¿Por qué si alguien se dibuja algo en el cuerpo con alguna tinta de manera permanente es de inmediato mal visto? ¿Por qué si alguien profesa determinada religión, es rechazado por personas de otra religión? ¿Por qué si alguien tiene cáncer, de inmediato pensamos que va a morir? ¿Por qué cuando a alguien le diagnostican alguna enfermedad mental, lo que hacemos es segregarlo y señalarlo en vez de sentir empatía y tratar de entender que le sucede?

Así es, uno de los mayores estigmas sociales es el de las enfermedades mentales. Si tu vecino actúa de manera diferente a la que tú lo haces y a la que lo hacen los demás vecinos; lo primero que haces es pensar: ¡Está loco, que raro es! Sin saber siquiera lo que vive, porqué lo vive y mucho menos como lo vive.

La carga social y emocional que esto implica para la persona que no padece enfermedad alguna es grande. Ahora imagina cuando desafortunadamente si tiene algún desorden de tipo mental o psicoemocional, la carga es doblemente pesada.

Las enfermedades mentales conllevan en sí mismas demasiada complicación, entender que es lo que está sucediendo en el organismo y especialmente en el cerebro es por demás complejo. Hay cambios en el estado de ánimo, las emociones van y vienen casi siempre sin control, en ocasiones se escuchan o se ven voces o personas que nadie más ve o escucha, esto es demasiado complicado de entender como para que todavía hayan de lidiar con el estigma social que les imponemos mediante el rechazo, el chisme y la segregación, de ellos y de sus familias.

Las enfermedades mentales a diferencia de otras enfermedades son más difíciles de diagnosticar debido a que no presentan signos propios, es decir, no tienen elementos medibles como el aumento de temperatura y ronchas en el cuerpo como ciertas enfermedades virales; o diarrea y dolor abdominal específico ante una infección estomacal; o variaciones de azúcar cuando se presenta la diabetes. No hay pruebas de laboratorio para determinar que un individuo tiene depresión mayor o presenta un trastorno esquizoide.

Estos trastornos se diagnostican a través de la sintomatología que durante períodos determinados el paciente tiene, sintomatología que es referida por el propio individuo pero también por los familiares o amigos, quienes debido a la cercanía se dan cuenta de los cambios en la persona y pueden referir con mayor precisión la duración de periodos críticos, cambios en el estado de ánimo, cambios de hábito, de actitud y de alimentación entre muchos otros.

Para poder emitir un buen diagnóstico, los especialistas deben allegarse de suficiente información de los síntomas y es aquí donde el diagnóstico integral incluye a las personas cercanas.



Por esto te invito a que no juzgues, pero especialmente si sabes de alguien que presenta alteraciones del estado de ánimo, que tiene padecimientos de tipo mental o psicoafectivo, alteraciones notorias en su alimentación, tiene episodios de depresión, si actúa de manera extraña o si eres tú mismo, no te calles y rompe el silencio, en una gran mayoría de los padecimientos, estos se puede controlar y permitir al paciente llevar una vida sana.

miércoles, 30 de mayo de 2012

¿CUANTAS VECES?

¿Cuantas veces te has preguntado si lo que haces, dices, piensas, comes, vistes, usas o juegas es precisamente lo que tú quieres?

¿Sabes en realidad que es lo que te mueve a pensar, decir o hacer algo en tu vida diaria?



Pues es tiempo, tiempo de hacerte responsable de ti, de tu vida. Si te preguntara cuales son las diez cosas que más disfrutas hacer, muy probablemente tardarías en responder mucho tiempo. Si no fuera así y lograras responder rápidamente, pregúntate hace cuanto que no haces esas diez cosas.


¿Cuantas veces has hecho cosas por otra persona aún cuando no quieres hacerlo? ¿Has pensado que vivir complaciendo a otros puede llevarte a situaciones que en realidad no deseas?


Te invito a que reflexiones esto, que hagas un alto en tu vida y observes, que lo hagas detenidamente y te respondas, cuales son esas diez cosas que mas amas hacer en la vida y cada cuanto las haces.


Si deseas, compártelo en este espacio que es tuyo también.


Feliz Jueves. 

viernes, 25 de mayo de 2012

ALCOHOL Y EMOCIONES


Las bebidas alcohólicas se han consumido en muchas sociedades con diversos propósitos por los efectos físicos que conlleva el consumo. Por ejemplo:
  • Como sustancias psicoactivas, se utilizan por sus propiedades para lograr la alteración del estado de ánimo.
  • Como sustancias intoxicantes, para escapar de la realidad que vive el individuo en el estado de sobriedad.
  • Como alimento, por ser fuentes de altas cantidades de calorías.
  • Como refresco, es decir como líquidos que calman la sed.

Sin importar cual sea el objetivo físico primario que se busque, todas las propiedades vienen aparejados al consumo del alcohol.

Aparte de las propiedades físicas, las bebidas alcohólicas y su consumo tiene distintos significados simbólicos, en ocasiones positivas en ocasiones negativas. Dependiendo de cada cultura o sociedad, beber alcohol puede ser un símbolo de inclusión o exclusión en determinado grupo social o familiar, un símbolo de celebración o un acto sacramental.

Por eso debes distinguir cual es la razón por la que consumes bebidas alcohólicas, sin olvidar que son una droga, aunque permitida o legalizada, trae consigo todos los efectos y al final pueden producirte una dependencia a ellas. Especialmente si bebes por evadir una realidad.

La logoterapia es una herramienta poderosa que te permite reconocerte a través de tus emociones, de un adecuado manejo de las mismas y un excelente auxiliar para evitar caer en una dependencia a sustancias como el alcohol.

Identifica tus emociones y serás libre.