Una de las etapas mas bellas que hay en la vida es la infancia. En esta etapa conocemos más que en otras debido al deseo de conocer, de aprender y de asimilar todo aquello que nos rodea, que nos llama la atención.
En esta época de la vida somos como "esponjas" ya que absorbemos todo el conocimiento y aprendizaje que nos llega de una o de otra manera.
No importa que sistema educativo aplique la escuela en donde estudiamos o donde mandamos a estudiar a nuestros hijos, la mejor forma de aprender es a través del juego.
Definir la palabra juego resulta complejo, pero podríamos establecer que es toda aquella
acción u ocupación libre, que se desarrolla dentro de unos límites temporales y espaciales determinados, según reglas absolutamente obligatorias, aunque libremente aceptadas, acción que tiene fin en sí misma y va acompañada de un sentimiento de tensión y alegría y de la conciencia de -ser de otro modo- que en la vida corriente JOHAN HUIZINGA.
Otros autores definen de manera similar al juego observando elementos comunes los siguientes:
- El caracter libre de la acción u ocupación, nadie está obligado a jugar
- La temporalidad y espacialidad limitada de la misma, establecidos previamente o en el momento
- Es una actividad convencional, ya que tiene reglas establecidas y aceptadas libremente por los jugadores,
- La incertidumbre del desenlace,es incierto en si mismo
- Es desinteresado, gratuito e intrascendente,
- Se desarrolla en un mundo ficticio.
Pero mas allá de estos conceptos, quiero hacer énfasis en el carácter desinteresado, gratuito e intrascendente del juego.
Es quizá ésta la característica que más bello hace al juego y que debemos inculcar a nuestros hijos y alumnos cuando tenemos la fortuna de ser docentes.
El juego no puede perder estas características, no podemos perder de vista la idea lúdica del juego, es decir la idea de entretenimiento y diversión.
Cuando el juego se institucionaliza se convierte en deporte y de alguna manera pierde su esencia debido al famoso "espíritu de competencia"; y no me mal interpreten, la competencia es sana en un mundo sano, pero en un mundo como el nuestro que ha perdido en mucho los valores propios del juego, no lo creo que tan sano. En este mundo que solo muestra que lo importante es ganar a cualquier precio, que no importa quien caiga en ese proceso de obtener la victoria, que puedo inclusive lastimar al otro para obtenerla, en ese mundo no es sana la competencia.
El niño debe aprender que lo importante del juego es el juego en si mismo, mas allá de quien gane o quien pierda.
Las reglas del juego deberán siempre iniciar por el respeto al otro tanto tanto como a uno mismo, siguiendo por el respeto de las demás reglas que se establecen antes de iniciar cualquier juego.
El sentido de competencia es sano cuando se sustenta en el respeto al otro, cuando me esfuerzo por obtener un mejor resultado pero no solo para vencer al otro, sino para ser mejor en lo que hago y con eso ser de utilidad para el otro.
Regresemos a la idea básica del juego y conservemos el espíritu libre y limpio para competir sanamente.
¡Excelente semana!
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