La manía es otro de los trastornos del estado de ánimo.
Un
episodio maníaco se define como un período concreto durante el cual el estado
de ánimo es anormal y persistentemente elevado, expansivo o irritable. Este
período de estado de ánimo anormal debe durar al menos 1 semana.
La manía
se caracteriza por una excesiva actividad física y sentimientos de euforia
extremos que son muy desproporcionados en relación a cualquier acontecimiento
positivo. La hipomanía es una forma leve de manía.
Aunque
una persona puede tener una depresión sin episodios maníacos (trastorno
unipolar), la manía se presenta más frecuentemente como parte de una enfermedad
maniacodepresiva (trastorno bipolar). Las pocas personas que parecen presentar
sólo manía pueden tener de hecho episodios depresivos leves o limitados en el
tiempo.
La manía
y la hipomanía son menos frecuentes que la depresión y son también más
difícilmente identificables, porque mientras que la tristeza intensa y
prolongada puede llevar a consultar a un médico, la euforia lo hace con mucha
menos frecuencia (ya que la gente con manía no es consciente de que haya un
problema en su estado mental o en su comportamiento). El médico debe descartar
la presencia de una enfermedad orgánica subyacente en la persona que
experimenta manía por primera vez, sin episodio depresivo previo.
Los
criterios a los que refiere el DSM-IV son:
A. Un período
diferenciado de un estado de ánimo anormal y persistentemente elevado, expansivo
o irritable, que dura al menos 1 semana (o cualquier duración si es necesaria
la hospitalización).
B. Durante el
período de alteración del estado de ánimo han persistido tres (o más) de los
siguientes síntomas (cuatro si el estado de ánimo es sólo irritable) y ha
habido en un grado significativo:
(1) autoestima
exagerada o grandiosidad
(2) disminución
de la necesidad de dormir (p. ej., se siente descansado tras sólo 3 horas de
sueño)
(3) más hablador
de lo habitual o verborreico
(4) fuga de ideas
o experiencia subjetiva de que el pensamiento está acelerado
(5)
distraibilidad (p. ej., la atención se desvía demasiado fácilmente hacia
estímulos externos banales o irrelevantes)
(6) aumento de la
actividad intencionada (ya sea socialmente, en el trabajo o los estudios, o
sexualmente) o agitación psicomotora
FUENTE DSM-IV
No te calles, si observas algunas coincidencias con estos síntomas sin que sean características comunes en ti, pide ayuda.