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martes, 3 de julio de 2012

LA FELICIDAD 3


Con esto llegamos a nuestra tercera premisa.

Entendiendo que nada en el mundo es permanente, que el árbol para serlo tuvo que ser semilla o que la mesa de la que salió el árbol en algún momento próximo o remoto dejará de serlo porque se destruya o se rompa, lo mismo ocurre con la felicidad. Ahí radica la magia de la vida.

Sin embargo es importante comprender que por mucho que cambie la felicidad está ahí, en nuestro ser y que somos nosotros mismos, nuestra elección diaria de adoptar cierta postura ante los eventos que nos regala cada día.

Al final seguimos siendo humanos que vivimos en un medio saturado de eventos y situaciones que nos despiertan muy diversas emociones a lo largo de 24 horas, porque aún dormidos sentimos, los sueños también nos generan sensaciones y emociones.
Y como todo cambia también es posible que cambien nuestros pensamientos y nuestra manera de percibir al mundo. Con lo que seguro cambiará nuestra idea de estar feliz por la de ser feliz.

Estar feliz nos hace dependientes; ser feliz nos hace libres, libres en la elección diaria de ver y aceptar las cosas como son. Elije ser feliz.

Buena semana. 

viernes, 29 de junio de 2012

LA FELICIDAD 2


De esta primera premisa se desprende la segunda.

¿Cuántas veces en el día te sientes feliz? 

Seguramente podrás responder que varias, con lo que se comprueba que la felicidad no es desconocida para nosotros. Lo interesante es ver que es lo que ha causado esta felicidad, por que no se trata de estar feliz, sino de ser feliz.

Podemos estar felices porqué llegó una persona que esperamos, porqué nos obsequiaron algo o porqué el cielo esta soleado, sin embargo la intención real es ser felices con las cosas como son, aunque no sucedan como esperamos, pero especialmente con nosotros mismos.

Al observarnos y aceptarnos tal como somos, podremos observar y aceptar a las personas y las cosas tal cual son, convertirnos en verdaderos observadores y con ello apreciar la verdadera esencia, esto es aceptación.

Si aceptamos, conocemos porque no juzgamos y con ello permitimos que lo que nos rodea o las personas que están cerca, se muestren como son.

Generalmente etiquetamos entre bueno y malo (o entre cualquiera de los extremos que la mente dual nos impone como negro-blanco, bello-feo, limpio-sucio, pecado-santo) sin analizar que las personas y las cosas simplemente son, independientemente si me gustan o no y que no requieren de mi aprobación. Esta costumbre de juzgar o prejuzgar a las personas y las situaciones o eventos; viene de ideas preestablecidas o expectativas y deseos frecuentemente impuestos.

Por ejemplo, si observamos a una persona con un auto lujoso y vestida de manera muy elegante de acuerdo a los patrones sociales occidentales, casi todos pensaremos que es una persona rica y con ello que es feliz. Por el contrario, si vemos un hombre con pelo largo y con un atuendo como el que suelen vestir los personajes de pandillas en la películas, pensaremos que nos va a asaltar.

Cada persona desarrolla a través de la repetición, hábitos mentales que pueden ser positivos o negativos y por supuesto no tiene mucho que ver con si son buenos o malos, sino con el resultado que producen en mi persona o en mi entorno. Esto, como aprender a caminar, también es aprendido.

Sobre esta base, la felicidad existe pero no fuera sino dentro de nosotros, y debemos ejercitarla habitualmente para que no la olvidemos o perdamos. No regalemos nuestra felicidad a los factores externos, habituemos a nuestra mente a ver las cosas tal cual son, sin exagerar características negativas ni positivas y esa ecuanimidad no ayudará a ser felices.

sábado, 23 de junio de 2012

LA FELICIDAD 1

¿Qué es la felicidad? ¿Dónde empieza y dónde termina? En otras palabras ¿Con qué se come?


Partiendo de la conclusión que todo ser humano busca la felicidad y que este puede ser el sentido de vida de todos los humanos, necesitamos entender que es la felicidad y para ello entramos en una de las grandes cuestiones de la vida.

Una de las maneras más prácticas de encontrar el significado o concepto de algo, es determinar lo que no es. Aquí vierto conceptos e ideas propias, siempre rebatibles para un mayor y mejor encuentro de ideas, que nos permita enriquecerlas.


  • La felicidad no es el final del camino.
  • La felicidad no es algo desconocido.
  • La felicidad no es permanente, como todo en el universo, cambia.


Creo que con estas tres premisas podemos intentar definir que es la felicidad y si esta sería el sentido de vida de cada uno de nosotros.

Muchas veces hemos escuchado que la felicidad es ahora, lo importante de esta idea es ponerla en la práctica. Todo lo que aprendemos en nuestro camino requiere de práctica, algunas cosas más algunas cosas menos, de lo contrario corre el riesgo de olvidarse, es el mismo caso para la felicidad.

Si pensamos todo el tiempo que nos llevó aprender a caminar, veremos que no fue sencillo y que no se dio de un día para otro, llevó años poder hacerlo de manera correcta y al continuar haciéndolo no se olvidó y hasta podemos perfeccionarlo.

Podemos entonces entender que la felicidad lleva la misma suerte, debe practicarse. Cuando los eventos de nuestra vida aparecen, podemos reaccionar o actuar, (maravillosa diferencia dada por la conciencia de estar presente ante cada uno de ellos), reaccionar es una conducta impulsiva, actuar es una conducta consciente.


Para cada cosa que nos sucede lo más conveniente es estar atentos y tener un conocimiento previo de nosotros mismos para poder elegir adecuadamente como actuar. Esto no quiere decir que no nos enojemos o que no sintamos tristeza, sino que veamos un poco más a profundidad para poder elegir actuar y no reaccionar.

Por ejemplo: Si tenemos claro que las personas no nos pertenecen, podemos relacionarnos con ellas de una manera más sana, no posesiva ni egoísta y así cuando no estén por elección propia o por otra razón, no sentiremos un dolor y un enojo desbordados, actuaremos (conducta consciente) en vez de reaccionar (conducta impulsiva).

Así cuando termine una relación con una persona de cualquier tipo como amistosa, de pareja, laboral o bien cuando un hijo se va de casa, podremos vivir de manera sana esa separación porque tenemos claro que no nos pertenece y que nuestra felicidad no depende de que esa persona esté o no cerca. Entonces ejercitemos la felicidad.