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martes, 3 de julio de 2012

LA FELICIDAD 3


Con esto llegamos a nuestra tercera premisa.

Entendiendo que nada en el mundo es permanente, que el árbol para serlo tuvo que ser semilla o que la mesa de la que salió el árbol en algún momento próximo o remoto dejará de serlo porque se destruya o se rompa, lo mismo ocurre con la felicidad. Ahí radica la magia de la vida.

Sin embargo es importante comprender que por mucho que cambie la felicidad está ahí, en nuestro ser y que somos nosotros mismos, nuestra elección diaria de adoptar cierta postura ante los eventos que nos regala cada día.

Al final seguimos siendo humanos que vivimos en un medio saturado de eventos y situaciones que nos despiertan muy diversas emociones a lo largo de 24 horas, porque aún dormidos sentimos, los sueños también nos generan sensaciones y emociones.
Y como todo cambia también es posible que cambien nuestros pensamientos y nuestra manera de percibir al mundo. Con lo que seguro cambiará nuestra idea de estar feliz por la de ser feliz.

Estar feliz nos hace dependientes; ser feliz nos hace libres, libres en la elección diaria de ver y aceptar las cosas como son. Elije ser feliz.

Buena semana. 

lunes, 4 de junio de 2012

ESTIGMA Y ENFERMEDAD MENTAL



Esta palabra en ocasiones tan escuchada tiene diversas acepciones, dependiendo de la ciencia o área del conocimiento que lo trate o utilice.

Por ejemplo en el mundo animal, estigma es cada una de las aberturas del sistema respiratorio de los insectos, a través de los cuales se realiza la ventilación.

Para la religión, son aquellas marcas que se presentan en el cuerpo humano y que se asemejan a las que recibió Jesús al momento de la crucifixión.

Para la sociología, el estigma social es una desaprobación de ciertas características o creencias personales que son contrarias a las normal o comúnmente aceptadas. Existen estigmas sociales respecto a enfermedades mentales o físicas, creencias religiosas o de credo, y de pertenencia a una raza, grupo social, preferencia sexual o de formas de vida. Es precisamente de estas de las que quiero hablarles.

¿Por qué si alguien se dibuja algo en el cuerpo con alguna tinta de manera permanente es de inmediato mal visto? ¿Por qué si alguien profesa determinada religión, es rechazado por personas de otra religión? ¿Por qué si alguien tiene cáncer, de inmediato pensamos que va a morir? ¿Por qué cuando a alguien le diagnostican alguna enfermedad mental, lo que hacemos es segregarlo y señalarlo en vez de sentir empatía y tratar de entender que le sucede?

Así es, uno de los mayores estigmas sociales es el de las enfermedades mentales. Si tu vecino actúa de manera diferente a la que tú lo haces y a la que lo hacen los demás vecinos; lo primero que haces es pensar: ¡Está loco, que raro es! Sin saber siquiera lo que vive, porqué lo vive y mucho menos como lo vive.

La carga social y emocional que esto implica para la persona que no padece enfermedad alguna es grande. Ahora imagina cuando desafortunadamente si tiene algún desorden de tipo mental o psicoemocional, la carga es doblemente pesada.

Las enfermedades mentales conllevan en sí mismas demasiada complicación, entender que es lo que está sucediendo en el organismo y especialmente en el cerebro es por demás complejo. Hay cambios en el estado de ánimo, las emociones van y vienen casi siempre sin control, en ocasiones se escuchan o se ven voces o personas que nadie más ve o escucha, esto es demasiado complicado de entender como para que todavía hayan de lidiar con el estigma social que les imponemos mediante el rechazo, el chisme y la segregación, de ellos y de sus familias.

Las enfermedades mentales a diferencia de otras enfermedades son más difíciles de diagnosticar debido a que no presentan signos propios, es decir, no tienen elementos medibles como el aumento de temperatura y ronchas en el cuerpo como ciertas enfermedades virales; o diarrea y dolor abdominal específico ante una infección estomacal; o variaciones de azúcar cuando se presenta la diabetes. No hay pruebas de laboratorio para determinar que un individuo tiene depresión mayor o presenta un trastorno esquizoide.

Estos trastornos se diagnostican a través de la sintomatología que durante períodos determinados el paciente tiene, sintomatología que es referida por el propio individuo pero también por los familiares o amigos, quienes debido a la cercanía se dan cuenta de los cambios en la persona y pueden referir con mayor precisión la duración de periodos críticos, cambios en el estado de ánimo, cambios de hábito, de actitud y de alimentación entre muchos otros.

Para poder emitir un buen diagnóstico, los especialistas deben allegarse de suficiente información de los síntomas y es aquí donde el diagnóstico integral incluye a las personas cercanas.



Por esto te invito a que no juzgues, pero especialmente si sabes de alguien que presenta alteraciones del estado de ánimo, que tiene padecimientos de tipo mental o psicoafectivo, alteraciones notorias en su alimentación, tiene episodios de depresión, si actúa de manera extraña o si eres tú mismo, no te calles y rompe el silencio, en una gran mayoría de los padecimientos, estos se puede controlar y permitir al paciente llevar una vida sana.

miércoles, 30 de mayo de 2012

¿CUANTAS VECES?

¿Cuantas veces te has preguntado si lo que haces, dices, piensas, comes, vistes, usas o juegas es precisamente lo que tú quieres?

¿Sabes en realidad que es lo que te mueve a pensar, decir o hacer algo en tu vida diaria?



Pues es tiempo, tiempo de hacerte responsable de ti, de tu vida. Si te preguntara cuales son las diez cosas que más disfrutas hacer, muy probablemente tardarías en responder mucho tiempo. Si no fuera así y lograras responder rápidamente, pregúntate hace cuanto que no haces esas diez cosas.


¿Cuantas veces has hecho cosas por otra persona aún cuando no quieres hacerlo? ¿Has pensado que vivir complaciendo a otros puede llevarte a situaciones que en realidad no deseas?


Te invito a que reflexiones esto, que hagas un alto en tu vida y observes, que lo hagas detenidamente y te respondas, cuales son esas diez cosas que mas amas hacer en la vida y cada cuanto las haces.


Si deseas, compártelo en este espacio que es tuyo también.


Feliz Jueves. 

jueves, 24 de mayo de 2012

RECHAZO

Uno de los miedos más grandes del ser humano es el miedo a ser rechazado. Contra este hecho o conducta del rechazo, el ser humano busca la aceptación de los demás, ya sea dentro de un ámbito familiar, social, escolar o laboral, sin darse cuenta que lo que provoca con esto es su propio rechazo.

Al buscar complacer a los demás, anulamos la propia aceptación. Por ello es indispensable que cada uno de nosotros encontremos a ese ser que vive con nosotros y que tiene gustos, vivencias y experiencias propias. Reconocer nuestras emociones es indispensable para estar en posibilidad de vivir con uno mismo. Es pues el primer gran paso auto-aceptarnos, reconocer cuales son las emociones que nos mueven y que las origina para así, poder vivir en armonía con uno mismo. 

El segundo paso es no rechazar a otros. La aceptación no es sinónimo de sumisión o resignación, es comprender las diferencias de los otros humanos que nos rodean y darnos cuenta que se puede vivir en esa diferencia. Al no rechazar a otros no seré rechazado, pero es importante hacerlo con plena convicción y conocimiento de los propios valores y con ello la armonía llegará en relación a los otros.

Lo mismo es con las situaciones que vivimos a diario, si logramos entender que las cosas suceden por alguna razón que quizás en ese momento no entendemos pero sobretodo que debemos hacernos responsables de como verlas y como actuar frente a ellas, no lo haremos de forma impulsiva y el resultado será de mayor beneficio para uno y para los demás.

Recordemos que el rechazo es una forma de auto censura, no es mas que la incapacidad de quien rechaza de aceptar las situaciones, eventos o a otras personas tal cual son. Por ello, acéptate como eres y como no eres; haz esto mismo con los demás.

Que tengas un día maravilloso.